domingo, 16 de marzo de 2014

¡Un palo! ¡Un palo!, no un cajón

Tenía yo unos restos de otros proyectos, que ya os enseñare, cuando me ataco la nostalgia infantil. Jugar con cosas sencillas, guardar las cosas y que fuera divertido. Pues he aquí un cajón de palos, o un bonito revistero, un practico cajón para mis las labores aparatosas (agujas de tejer, ovillos etc) o transformadores para gadgets. En realidad ¡no necesito nada de eso! Necesito no deshacerme de cualquier manera de esos palos o sus restos q me encuentran a lo largo de mis rutas urbanas. Si no curioseara en contenedores de obra y montones diversos no me pasarían estas cosas...
Total q buscando un destino q no fuera el fuego, como proponen mis progenitores, resolví hacer algo q en un viaje reciente me costo algunos dineros en una tienda de objetos extraños; pero esta vez sin gastar, sin heces avícolas y ¡sin carcoma! que extinguir o limpiar. Todo lo contrario protegido contra hongos, carcoma e inclemencias. Trabajando los materiales, para q sus futuros usos no olviden su origen y q se planten cuantas vidas podemos tener(humanos y objetos) y la clave para enfrentarnos al mundo de nuevo con una sonrisa , un lavado de cara e intercambiando unas piezas. 
Os dejo a vosotros, en los comentarios, la decisión de hacerle falsos agujeros de carcoma manualmente o como me comentan mandarlo a un sitio ¡donde los hacen con láser!
Un saludo y ¡hasta la próxima!
PS,  ¿le hago una tapa? Y si quieren guardar cosas....a las q no les puede dar el polvo, mmmm

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